Cuando José Antonio Rojas nació, la vida le puso a prueba desde el primer respiro. Complicaciones al momento del parto, falta de oxígeno y una infección severa marcaron su inicio. Durante años, su madre, Jackeline Herrera, lo acompañó sin saber exactamente lo que enfrentaban. Recién a los 7 años, luego de varias terapias de lenguaje y muchas preguntas sin responder, una audiometría reveló lo impensable: José tenía hipoacusia neurosensorial bilateral severa, con una pérdida auditiva de más del 50 % en ambos oídos.
“El diagnóstico fue devastador”, cuenta Jackeline. “Era como empezar de nuevo, en un mundo que no conocíamos”.
El inicio con el Método Tomatis
Fue en Venezuela donde conocieron por primera vez el Método Tomatis, una técnica de estimulación neurosensorial que promueve la escucha activa a través de sonidos procesados. José, que hasta ese momento sólo decía cinco o seis palabras aisladas, vivió un cambio sorprendente tras su primera experiencia con el método. “A las dos semanas, empezó a formular oraciones. Fue un razonamiento que nunca antes había mostrado. Nos quedamos sin palabras”, relata su mamá.
La transformación que marcó la diferencia

Aunque el camino de José Antonio ha tenido sus desafíos, la dedicación constante y el apoyo cercano de su familia han sido fundamentales. La experiencia con el Método Tomatis representó un punto de inflexión en su desarrollo, y los progresos fueron visibles rápidamente. Apenas una semana después de iniciar la terapia, comenzaron a notar mejoras significativas, y a las dos semanas la evolución de José era clara y alentadora.
Panamá, nuevas oportunidades y una beca
Al llegar a Panamá, la situación económica de la familia no permitía continuar con las terapias. Pero entonces apareció Integra Vidas, que le otorgó a José una beca para retomar sus sesiones de Tomatis. “El apoyo que recibimos aquí fue impresionante. Sin esa ayuda, no hubiéramos podido continuar”, afirma Jackeline.
Desde entonces, cada vez que José recibe una nueva ronda del Método Tomatis, los avances son notables: nuevas habilidades, mayor concentración, mejor expresión emocional. “Es como si su cerebro se despertara”, explica su madre. De hecho, los especialistas aún no logran explicarse cómo, con un 95 % de pérdida auditiva, José es capaz de hablar con claridad. “Yo le creo más a Dios”, concluye ella, convencida de que el Método Tomatis ha sido una herramienta poderosa para ese milagro.
De la terapia a la autodisciplina

El proceso terapéutico y el apoyo recibido en Integra Vidas han sido clave para que José Antonio fortalezca aspectos como la concentración, la tolerancia y el manejo de sus emociones, lo que ha influido directamente en su desarrollo académico y social. Su familia ha sido un pilar fundamental, acompañándolo con fe, cariño y estructura.
Hoy, a sus 19 años, José Antonio tiene un rumbo claro: “Mi meta es ser traductor. Me gusta mucho traducir del inglés al español”. Es un joven autodidacta, apasionado por los idiomas y con una gran capacidad para enfocarse en lo que le interesa. Ha aprendido a conocerse, a regularse y a confiar en su propio potencial.
Integra Vidas: más que una institución, un proyecto de vida
Para Jackeline, Integra Vidas ha sido una bendición. “Aquí no sólo encontré profesionales comprometidos, sino un enfoque de amor. Esto no es solo una institución, es un proyecto de vida. He visto cómo se han enfocado en buscar herramientas reales para que cada niño avance, con respuestas a cada necesidad”.
Y lo más importante: encontró un espacio donde José ha podido crecer con dignidad, rodeado de respeto, y con metas claras.
Un mensaje a otras familias
Jackeline lo resume así: “Cuando nos toca un hijo especial, hay que llenarse de amor y de paciencia. Aprendemos a vivir de otra manera. Ellos nos enseñan integridad, constancia y fuerza”.
Y José, con su historia, nos enseña que incluso con limitaciones auditivas profundas, es posible soñar en voz alta… y hacerse entender.








Deja un comentario