El síndrome boca, manos y pies es una infección viral frecuente en la niñez, especialmente en menores de 5 años, aunque también puede afectar a niños más grandes e incluso adultos. Generalmente, la enfermedad dura entre 7 y 10 días y, aunque suele ser leve, es importante identificarla a tiempo para evitar complicaciones y contagios.
A continuación, te compartimos los principales síntomas que debes observar en tu hijo:
1. Fiebre repentina
Uno de los primeros signos es la fiebre, que puede aparecer de manera inesperada y mantenerse durante los primeros días de la infección.
2. Llagas en la boca
Pequeñas úlceras dolorosas en la lengua, encías o parte interna de las mejillas. Estas lesiones dificultan la alimentación y hacen que el niño esté más irritable.
3. Manchas rojas en manos y pies
Pequeñas erupciones que pueden convertirse en ampollas. Se localizan en palmas, plantas de los pies y, en algunos casos, en rodillas, codos y glúteos.
4. Dolor de garganta
Los niños pueden quejarse de dolor o mostrar dificultad para tragar, lo que se relaciona con la irritación en boca y faringe.
5. Malestar general e irritabilidad
El cansancio, la falta de apetito y el llanto constante son señales frecuentes cuando el niño no logra expresar lo que siente.
6. Diarrea o vómitos (en algunos casos)
Aunque no siempre aparecen, es importante prestar atención a estos síntomas, ya que pueden acompañar la enfermedad.
Qué hacer si notas estos síntomas
Si tu hijo presenta dos o más de estos signos, lo recomendable es llevarlo a la instalación de salud más cercana para confirmar el diagnóstico y recibir las indicaciones médicas adecuadas.
Además, es fundamental que no lo envíes al colegio o guardería mientras tenga síntomas, ya que la enfermedad es contagiosa y puede transmitirse fácilmente a otros niños.
Mientras tanto, recuerda que la prevención es clave:
- Lavarse las manos con frecuencia
- Evitar el contacto con niños enfermos
- Desinfectar juguetes y superficies
- Usar desinfectante a base de alcohol
👉 Detectar temprano los síntomas del síndrome boca, manos y pies ayuda a proteger a tu hijo, a su familia y a la comunidad escolar.








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