Cuando pensamos en la conexión con nuestros hijos, solemos imaginar abrazos, juegos y conversaciones. Pero ¿sabías que también puedes conectarte con tu hijo a través de su intestino?
Sí, leíste bien. La ciencia ha demostrado que el intestino y el cerebro están unidos por una vía poderosa llamada nervio vago, y que esta conexión tiene un impacto directo en cómo los niños piensan, sienten y aprenden.
¿Cómo se logra esa conexión?
El intestino funciona como un segundo cerebro, y cuando está en equilibrio, ayuda a regular las emociones, mejorar la concentración y hasta dormir mejor. Al cuidar su alimentación, sus rutinas y su entorno emocional, estás fortaleciendo ese canal invisible que une tu mente con la de tu hijo.

💡 Pequeños cambios que generan grandes conexiones:
- Comer en familia, sin pantallas.
- Evitar alimentos ultraprocesados.
- Reducir o eliminar colorantes y preservantes artificiales.
- Fomentar el movimiento y el juego libre.
- Ayudar a tu hijo a expresar cómo se siente, sin juicios.
- Siempre es muy importante asesorarte con tu pediatra.
¿Por qué es importante?
Porque cuando cuidamos el cuerpo, también cuidamos la mente. Y si empezamos por el intestino, podemos ayudar a nuestros hijos a regular sus emociones, aprender con más facilidad y sentirse más tranquilos y seguros.
Cuidar de tu hijo es muy importante. Y pequeños cambios diarios pueden marcar una gran diferencia en su bienestar.
¿Te interesa este tema?
En Integra Panamá, trabajamos para fortalecer la conexión entre cuerpo, mente y emociones, desde la primera infancia.








Deja un comentario